domingo, 25 de noviembre de 2012

Pañuelo, esposas, tú y yo.

Te fijas en el pañuelo que me envuelve el cuello. Me sonríes, conozco esa sonrisa, muy pícara, has tenido una idea, lo sé, solo imaginarme lo que puedas estar pensando hace que me humedezca. Tu mano se acerca peligrosamente a mi cuello, apartando las vueltas del pañuelo a su paso. Entonces, en vez de tirarlo empiezas a envolverlo alrededor de mis ojos, mi visión cada vez es mas reducida hasta llegar a verlo todo negro. No veo nada, puedo oler tu perfume, puedo sentir el calor de tus manos abrazándome, pero no veo nada. Me empujas y caigo suavemente en la cama, oigo como abres un cajon, un golpe metálico suena. Esposas. Suavemente, sin decir nada, atas mis manos. Me susurras un te quiero y acto seguido empiezas a besarme. Esto es realmente excitante, no puedo verte, he perdido el control de saber cual será tu próximo objetivo, quizás decidas darme un beso en el vientre o quizás tus dedos decidan acariciarme. Solo puedo olerte, escuchar tus gemidos, oír la dirección de tus movimientos. Solo puedo sentirte, y ya es más de lo que me ha dado nadie.


5 comentarios:

  1. ¡Gran entrada! El texto me ha encantado!

    ResponderEliminar
  2. Hermosa entrada!
    Te sigo, pasate cuando quieras :)
    Te sigo obvio, besos!

    ResponderEliminar
  3. gracias guapa por visitar mi blog, te lo agradezco un montón.
    besos
    patricelowcost

    ResponderEliminar
  4. Increíblemente bonito!
    Enhorabuena por tu blog preciosa.
    xx

    ResponderEliminar
  5. enhorabuena guapisima, me encanta tu blog! mua

    ResponderEliminar